Dicen de Udaipur que es la ciudad más romántica de Rajasthan. No sabemos si será así, pero aún con el lago absolutamente vacío a la espera de que llegue el monzón, nos ha parecido muy bonita con todas sus casas y palacios pintados de blanco.
La mayor atracción de Udaipur es el Lake Palace, un palacio que está en medio del lago. Este palacio es un hotel y de los muy caros. Sólo se puede visitar si te alojas ahí o vas a comer o cenar (a precios europeos desorbitados por supuesto). Como nos parecía un derroche, a cambio nos vimos la película de James Bond ¨Octopussy¨ que está rodada en Udaipur y sale el interior del palacio. Muchos restaurantes proyectan la película cada noche gratis, así que nos fuimos a uno de ellos y allí, en lo alto de un hotel con terraza nos vimos la película. Si queríamos ver además otros escenarios que salen como el Monsoon Palace, solo teníamos que girar la cabeza para verlo en vivo en el horizonte. Nos salió de lo más barato. Por cierto, ya no nos acordábamos de qué James Bond más malo era Roger Moore.
Aquí en Udaipur también hay Maharajá con palacio. Hemos visto ya tantos que tenemos un lío... todos a cual más bonito. La verdad que es una ciudad en la que se está muy a gusto y si te alojas en la zona antigua se puede ir andando a todos lados.
De Udaipur nos fuimos a Jodhpur. En el camino paramos en el fuerte de Kumbalgarh y en Ranakpur, donde hay unos de los templos Jainistas más bonitos que hemos visto. Por dentro, sus columnas están talladas y son todas distintas.
Finalmente llegamos a Jodhpur, la ciudad azul. Todas las casas de la parte vieja están pintadas de ese color para evitar, dicen, los numerosos mosquitos que hay. Además del fuerte, que es impresionante, no hay mucho más que ver; su bullicioso mercado y la plaza con la torre del reloj, donde nos tomamos unos de los mejores lassies (bebida de yogurt líquido) que hemos probado en India.
No podemos terminar esta entrada sin contaros una de las experiencias más extrañas e inquietantes que hemos vivido durante todo nuestro viaje. Ha sido aquí en Jodhpur, y se trata de un fenómeno de la naturaleza que según nos contaron hacía 22 años que no ocurría: una tormenta de arena pero con pérdida total de la luz solar.
Nos pilló de sorpresa paseando por la parte vieja de Jodhpur. De repente vimos una nube marrón que se aproximaba y el viento que comenzaba a soplar. Todo sucedió muy rápido. Tras esa nube, venía otra totalmente negra. Sin darnos cuenta nuestra tarde soleada (eran las 6 de la tarde) se convirtió en la noche más absoluta. Todo se volvió oscuro y el viento traía con fuerza arena del desierto. Nos cubrimos la cabeza y la cara con nuestros pañuelos y esperamos a que pasara. Duró como unos 10 minutos en los cuales los mugidos de las vacas nerviosas se mezclaban con el ruido de la gente al recoger los puestos. Las luces de la calle todavía no se habían encendido y no se veía nada. Pronto pasó y comenzó a llover. Estábamos totalmente cubiertos de arena. Fue una experiencia increíble!
miércoles, 24 de junio de 2009
sábado, 20 de junio de 2009
De Agra a Jaipur
Uno de los motivos por los que elegimos visitar India fue porque no queríamos dejar pasar la oportunidad de ver el Taj Mahal. Desde Delhi cogimos un tren que nos llevó a Agra. Estamos seguros de que si no fuera por el Taj Mahal Agra no recibiría tantas visitas, La ciudad en sí es de lo peor que hemos visto, además de que te intentan timar por cualquier cosa. Solo pasamos una noche aquí y fue más que suficiente.
El Taj Mahal no sólo nos impresionó, sino que nos dejó muy asombrados. Es mucho mejor en vivo que en cualquier fotografía. Es realmente indescriptible. Desde el momento que lo vislumbras a través del arco de la puerta de entrada, ya no puedes dejar de mirarlo. La puerta de entrada por cierto, es otra maravilla, pero nadie parece hacerle mucho caso teniendo ante sus ojos otra maravilla aún mayor. Lo vimos desde todos los ángulos y a distintas horas: al atardecer, por la noche con luna llena y con la luz del amanecer. Sí, vale, ya sabemos que es ¨sólo¨ una tumba, pero que tumba!
Antes de marcharnos de Agra visitamos también el Agra Fort, desde donde se divisa el Taj. Aquí, Shah Jahan desde el balcón de su prisión donde su hijo lo encarceló, podia divisar la tumba que él mismo mandó construir para su mujer. Bueno… pasamos a otra cosa que nos ponemos sensibles.
Fatehpur Sikri, una ciudad antigua llena de palacios, fue otra de nuestras visitas desde Agra. Aquí hay una mezquita bastante grande, pero más que un lugar de rezo parece un mercado con muchísimos pesados intentando venderte cualquier cosa o cobrarnos hasta por respirar! A veces es un agotamiento. La ciudad y los palacios, abandonados a los pocos años después de construirse por falta de agua, son preciosos.
Al día siguiente nos fuimos a Jaipur, una ciudad muy bulliciosa llena de tráfico y gente, vacas, camellos y cerdos por las calles. En Jaipur todos los edificios de la parte vieja son de color rosa. Èsta es la capital de la región del Rajasthan, y el actual Maharaja de Jaipur vive aquí en un palacio precioso que, naturalmente no nos perdimos.
El Palacio de los vientos, con apenas espacio para sacar la cara por sus minúsculas ventanas y ver la calle, es otro de los sitios para no perderse de Jaipur, así como el observatorio lleno de instrumentos para medir la posición de los astros o el tiempo, y como no, el magnífico Amber Fort a las afueras de la ciudad.
A este fuerte se puede subir en elefante, pero cuando llegamos ya era demasiado tarde y hacía demasiado calor para los elefantes que regresaban a su refugio. A la hora que fuimos (la mas ¨fresquita¨, al mediodia) no había ningun occidental, por lo que gran parte de nuestro tiempo aqui lo pasamos estrechando manos, saludando a gente y posando para fotografías que nos pedían los turistas locales. Es la época de las vacaciones escolares y muchas familias viajan a otras regiones para hacer turismo. En la mayoría de los casos no han visto a un occidental en su vida más que por television, por lo que les choca mucho vernos. Nos sonríen, se acercan a saludarnos, son realmente simpáticos, y estos no te piden dinero. Así da gusto!
El Taj Mahal no sólo nos impresionó, sino que nos dejó muy asombrados. Es mucho mejor en vivo que en cualquier fotografía. Es realmente indescriptible. Desde el momento que lo vislumbras a través del arco de la puerta de entrada, ya no puedes dejar de mirarlo. La puerta de entrada por cierto, es otra maravilla, pero nadie parece hacerle mucho caso teniendo ante sus ojos otra maravilla aún mayor. Lo vimos desde todos los ángulos y a distintas horas: al atardecer, por la noche con luna llena y con la luz del amanecer. Sí, vale, ya sabemos que es ¨sólo¨ una tumba, pero que tumba!
Antes de marcharnos de Agra visitamos también el Agra Fort, desde donde se divisa el Taj. Aquí, Shah Jahan desde el balcón de su prisión donde su hijo lo encarceló, podia divisar la tumba que él mismo mandó construir para su mujer. Bueno… pasamos a otra cosa que nos ponemos sensibles.
Fatehpur Sikri, una ciudad antigua llena de palacios, fue otra de nuestras visitas desde Agra. Aquí hay una mezquita bastante grande, pero más que un lugar de rezo parece un mercado con muchísimos pesados intentando venderte cualquier cosa o cobrarnos hasta por respirar! A veces es un agotamiento. La ciudad y los palacios, abandonados a los pocos años después de construirse por falta de agua, son preciosos.
Al día siguiente nos fuimos a Jaipur, una ciudad muy bulliciosa llena de tráfico y gente, vacas, camellos y cerdos por las calles. En Jaipur todos los edificios de la parte vieja son de color rosa. Èsta es la capital de la región del Rajasthan, y el actual Maharaja de Jaipur vive aquí en un palacio precioso que, naturalmente no nos perdimos.
El Palacio de los vientos, con apenas espacio para sacar la cara por sus minúsculas ventanas y ver la calle, es otro de los sitios para no perderse de Jaipur, así como el observatorio lleno de instrumentos para medir la posición de los astros o el tiempo, y como no, el magnífico Amber Fort a las afueras de la ciudad.
A este fuerte se puede subir en elefante, pero cuando llegamos ya era demasiado tarde y hacía demasiado calor para los elefantes que regresaban a su refugio. A la hora que fuimos (la mas ¨fresquita¨, al mediodia) no había ningun occidental, por lo que gran parte de nuestro tiempo aqui lo pasamos estrechando manos, saludando a gente y posando para fotografías que nos pedían los turistas locales. Es la época de las vacaciones escolares y muchas familias viajan a otras regiones para hacer turismo. En la mayoría de los casos no han visto a un occidental en su vida más que por television, por lo que les choca mucho vernos. Nos sonríen, se acercan a saludarnos, son realmente simpáticos, y estos no te piden dinero. Así da gusto!
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jueves, 11 de junio de 2009
Delhi, nuestro primer contacto con India
Ya estamos en India. Para ser totalmente honestos, no sabíamos que nos íbamos a encontrar. Antes de llegar aquí habíamos escuchado todo tipo de opiniones, buenas y malas, pero por lo poco que hemos visto hasta ahora nos gusta mucho a pesar de que estamos pasando calor (entre 35 y 40 grados por el día).
Delhi ha sido nuestra primera parada. El primer día fue un poco un choque. Salimos a la calle y desde luego no pasamos desapercibidos. A las mujeres occidentales se las quedan mirando sin mas por muy tapadas hasta las cejas que vayan. Otra variante a esas miradas (a algunos les deja dolor de cuello seguro!) es sacar el móvil y hacer como que miran a la pantalla cuando en realidad te están fotografiando. Otros prefieren pedirte directamente una foto para que te la hagas con ellos (versión educada, nuestra favorita), y finalmente hay otros (contadas excepciones) que tienen la mano un poco larga.
Aunque no pasemos desapercibidos, nos encanta Delhi, sobre todo perdernos por las calles menos frecuentadas por turistas y por los bazares llenos de telas de ensueño multicolor. Los saris y las ropas de las mujeres tambien le dan un toque de color a esta ciudad (e imaginamos que ocurre lo mismo en toda India).
Se nota mucho la diferencia de trazado entre el Old Delhi y New Delhi. En la parte nueva están los edificios oficiales, los ministerios, el parlamento y las zonas de oficinas. Son calles anchas y avenidas muy grandes. La parte vieja es un poco el caos, con mezquitas, templos, bazares, puestos de comidas callejera y tráfico en todas direcciones.
Los sitios turísticos que hemos visitado hasta el momento nos han parecido preciosos, y todavía no hemos visto casi nada!!! La tumba de Humayun es un edificio realmente bonito. Dicen que el Taj Mahal está inspirado en este mismo. El Red Fort es impresionante y en su apogeo estuvo lleno de fuentes al estilo de la Alhambra. Qtub Minar, es un imponente minarete de 74 metros de altura, con relieves, y a su lado está la primera mezquita que se construyó en toda India.
Por primera vez en nuestra vida hemos visitado un templo Sihk (los que llevan el turbante). También hemos estado en el lugar donde incineraron a Gandhi y en el Lotus temple. Este templo, con forma de flor de loto, no está dedicado a ninguna religión en particular. Dentro sólo hay bancos para sentarse y un estrado con un atril y un micrófono. Hay que entrar descalzo y mantener el silencio. Está concebido para que todo el mundo, independientemente de sus creencias, tenga un lugar para rezar.
En cuanto a la comida, a pesar de echar tremendamente de menos el jamón (acompañado de una copita de vino tinto por supuesto), estamos disfrutando enormemente de la comida india, especialmente la vegetariana. Jamás pensamos que nos gustaría tanto y que hubiera tanta variedad. Intentaremos seguir disfrutando de ella en nuestro itinerario por la región de Rajasthan.
Delhi ha sido nuestra primera parada. El primer día fue un poco un choque. Salimos a la calle y desde luego no pasamos desapercibidos. A las mujeres occidentales se las quedan mirando sin mas por muy tapadas hasta las cejas que vayan. Otra variante a esas miradas (a algunos les deja dolor de cuello seguro!) es sacar el móvil y hacer como que miran a la pantalla cuando en realidad te están fotografiando. Otros prefieren pedirte directamente una foto para que te la hagas con ellos (versión educada, nuestra favorita), y finalmente hay otros (contadas excepciones) que tienen la mano un poco larga.
Aunque no pasemos desapercibidos, nos encanta Delhi, sobre todo perdernos por las calles menos frecuentadas por turistas y por los bazares llenos de telas de ensueño multicolor. Los saris y las ropas de las mujeres tambien le dan un toque de color a esta ciudad (e imaginamos que ocurre lo mismo en toda India).
Se nota mucho la diferencia de trazado entre el Old Delhi y New Delhi. En la parte nueva están los edificios oficiales, los ministerios, el parlamento y las zonas de oficinas. Son calles anchas y avenidas muy grandes. La parte vieja es un poco el caos, con mezquitas, templos, bazares, puestos de comidas callejera y tráfico en todas direcciones.
Los sitios turísticos que hemos visitado hasta el momento nos han parecido preciosos, y todavía no hemos visto casi nada!!! La tumba de Humayun es un edificio realmente bonito. Dicen que el Taj Mahal está inspirado en este mismo. El Red Fort es impresionante y en su apogeo estuvo lleno de fuentes al estilo de la Alhambra. Qtub Minar, es un imponente minarete de 74 metros de altura, con relieves, y a su lado está la primera mezquita que se construyó en toda India.
Por primera vez en nuestra vida hemos visitado un templo Sihk (los que llevan el turbante). También hemos estado en el lugar donde incineraron a Gandhi y en el Lotus temple. Este templo, con forma de flor de loto, no está dedicado a ninguna religión en particular. Dentro sólo hay bancos para sentarse y un estrado con un atril y un micrófono. Hay que entrar descalzo y mantener el silencio. Está concebido para que todo el mundo, independientemente de sus creencias, tenga un lugar para rezar.
En cuanto a la comida, a pesar de echar tremendamente de menos el jamón (acompañado de una copita de vino tinto por supuesto), estamos disfrutando enormemente de la comida india, especialmente la vegetariana. Jamás pensamos que nos gustaría tanto y que hubiera tanta variedad. Intentaremos seguir disfrutando de ella en nuestro itinerario por la región de Rajasthan.
lunes, 8 de junio de 2009
Hong Kong, otra mega-ciudad
Lo primero que vemos al aterrizar son torres y torres altísimas de pisos. Bienvenidos a Hong Kong. Menudo cambio comparado a Bali o Lombok!!!
En el camino desde donde nos deja el autobús del aeropuerto hasta nuestro hotel (sólo una calle), tropecientas personas nos ofrecen hacernos trajes en un par de horas, masajes chinos, ir a comprar bolsos o relojes falsos, el ultimo ordenador... Aaaayyyy cuanto echamos de menos esos días de relax en la playa con el silencio de las olas. Las grandes ciudades nos gustan cada vez menos.
Esperábamos encontrar un Hong Kong más influenciado por los ingleses, pero la verdad es que aparte de conducir por la izquierda y las señales en el asfalto de look right or look left, poco más hay. La gran mayoría ni siquiera habla un ingles bueno. Eso sí, nos parece que es como las grandes ciudades de china pero un poco más refinado, mas occidentalizado. Tiene una milla de oro con todas las grandes marcas de lujo, coches carisimos por las calles y un toque curioso: los andamios de bambú mas grandes que nos podíamos imaginar, atados simplemente con unas cuerdas. Es increíble que no se vengan abajo.
Además de las compras en el mercado nocturno o en las tiendas, no hay mucho más que hacer en Hong Kong (bueno sí, ir a Disneyland HK, pero nos frustaría los recuerdos de nuestra infancia el escuchar a Mickey hablando chino, así que no fuimos). Hay un paseo de la fama al estilo hollywood, con estrellas en el suelo y nombres de actores Hongkoneses que exceptuando el de Jackie Chan no conociamos ni a uno! Desde ese mismo paseo en la bahía de Hong Kong se puede ver cada noche un espectaculo de luces y sonido en el que todos los rascacielos de la bahía se iluminan. Es muy curioso verlos encendiéndose y apagándose al son de la música. Es sin duda lo más bonito de Hong Kong, el ver todo el skyline y la bahía iluminado por la noche.
Para "entretenernos" un día decidimos cruzar la frontera e irnos al primer pueblo chino que hay nada más pasarla. Shenzhen, el pueblito, tiene nada menos que 11 millones de habitantes y es la jungla de las falsificaciones. Todo lo que puedas imaginar y más está ahí, y sin recorrer apenas 200 metros desde la estación del metro (en la que también te sacas el visado chino y pasas el control fronterizo, casi ná).
Y después de Hong Kong, nos dirigimos a nuestro próximo destino... India.
En el camino desde donde nos deja el autobús del aeropuerto hasta nuestro hotel (sólo una calle), tropecientas personas nos ofrecen hacernos trajes en un par de horas, masajes chinos, ir a comprar bolsos o relojes falsos, el ultimo ordenador... Aaaayyyy cuanto echamos de menos esos días de relax en la playa con el silencio de las olas. Las grandes ciudades nos gustan cada vez menos.
Esperábamos encontrar un Hong Kong más influenciado por los ingleses, pero la verdad es que aparte de conducir por la izquierda y las señales en el asfalto de look right or look left, poco más hay. La gran mayoría ni siquiera habla un ingles bueno. Eso sí, nos parece que es como las grandes ciudades de china pero un poco más refinado, mas occidentalizado. Tiene una milla de oro con todas las grandes marcas de lujo, coches carisimos por las calles y un toque curioso: los andamios de bambú mas grandes que nos podíamos imaginar, atados simplemente con unas cuerdas. Es increíble que no se vengan abajo.
Además de las compras en el mercado nocturno o en las tiendas, no hay mucho más que hacer en Hong Kong (bueno sí, ir a Disneyland HK, pero nos frustaría los recuerdos de nuestra infancia el escuchar a Mickey hablando chino, así que no fuimos). Hay un paseo de la fama al estilo hollywood, con estrellas en el suelo y nombres de actores Hongkoneses que exceptuando el de Jackie Chan no conociamos ni a uno! Desde ese mismo paseo en la bahía de Hong Kong se puede ver cada noche un espectaculo de luces y sonido en el que todos los rascacielos de la bahía se iluminan. Es muy curioso verlos encendiéndose y apagándose al son de la música. Es sin duda lo más bonito de Hong Kong, el ver todo el skyline y la bahía iluminado por la noche.
Para "entretenernos" un día decidimos cruzar la frontera e irnos al primer pueblo chino que hay nada más pasarla. Shenzhen, el pueblito, tiene nada menos que 11 millones de habitantes y es la jungla de las falsificaciones. Todo lo que puedas imaginar y más está ahí, y sin recorrer apenas 200 metros desde la estación del metro (en la que también te sacas el visado chino y pasas el control fronterizo, casi ná).
Y después de Hong Kong, nos dirigimos a nuestro próximo destino... India.
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