Surfing Byron Bay

Estas últimas tres semanas hemos estado en Byron Bay, un pequeño pueblo a unos 170 km al sur de Brisbane. Para nosotros están siendo unas ¨vacaciones¨ en este periplo por alrededor del mundo. En los últimos meses no habíamos pasado tantos días seguidos en un mismo sitio.

Hace dos años estuvimos de paso por aquí, pero al instante supimos que algún día tendríamos que volver para quedarnos más tiempo. En realidad la ciudad sólo cuenta con dos calles principales, las más comerciales y animadas. Están llenas de cafés, restaurantes y tiendas. La vida transcurre con mucha más lentitud que en otros sitios . Aquí no hay prisas, no hay estrés, y los coches ni siquiera pitan cuando se forma una larga cola en la única calle de acceso al pueblo.

Han sido días de no hacer prácticamente nada, bueno sí: ir a la playa, darnos cremita, ir a clase de surf, más playa, más cremita, más surf... Podíamos pasarnos aquí el resto del viaje, viviendo a otro ritmo.

La playa larguísima, de arena blanca y fina, está llena de gente haciendo surf. Los hay que prefieren darse un baño ¨between the flags¨, otros que montan un partido de cricket en la arena, o los que sacan a pasear al perro.

Al anochecer los bares y restaurantes están a rebosar. Las calles se llenan de músicos por cada rincón: cerca de un cajero dos jovenes con guitarras imitan a Oasis, en la otra esquina un japonés toca el Djijeridoo, y un poco más adelante se escuchan los acordes de la guitarra de Carlos Santana. No, no es una grabación, sino alguien tocando maravillosamente bien (no todos podían ser malos). 

The Railway Friendly Bar, uno de los locales que ofrece música en directo los 7 días de la semana (y sin subir los precios) es uno de nuestros favoritos, aunque no siempre tenga buenas actuaciones.

Y mientras la vida pasa en este pueblo que es el punto situado más al este de Australia, se nos acaban los días de surf y playa... por el momento. Nos vamos a Sydney donde estaremos unos pocos días antes de volar a Tailandia.